Fijadores Externos
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Los fijadores externos son dispositivos ortopédicos que se utilizan para estabilizar y apoyar la estabilización de huesos rotos, lesionados o deformados, particularmente en los casos en que los métodos de fijación interna, como placas, tornillos o clavos, pueden no ser adecuados o viables. A diferencia de la fijación interna, los fijadores externos se aplican externamente al cuerpo y permanecen fuera de la piel durante el proceso de curación.
Los fijadores externos constan de dos componentes principales:
1. Clavos o alambres: son clavos o alambres metálicos delgados que se insertan en el hueso por encima y por debajo del sitio de la fractura. Los clavos o alambres se insertan a través de la piel y dentro del hueso mediante una técnica especializada. Proporcionan el anclaje principal para el fijador externo.
2. Marco Externo: El marco externo es una estructura hecha de barras o varillas metálicas que se conectan a los pasadores o cables. El marco se coloca fuera del cuerpo, rodea el área lesionada y se asegura en su lugar mediante abrazaderas u otros mecanismos de bloqueo. El marco mantiene la estabilidad manteniendo los fragmentos óseos fracturados en la alineación adecuada.
Los fijadores externos sirven para varios propósitos:
1. Estabilización de la fractura: los fijadores externos brindan estabilidad e inmovilización a los segmentos óseos fracturados, lo que permite una alineación y curación adecuadas. Se pueden utilizar en fracturas complejas, fracturas abiertas, fracturas con lesiones de tejidos blandos o casos en los que la fijación interna no es adecuada.
2. Alargamiento óseo gradual: en ciertos casos de discrepancia en la longitud de las extremidades o deformidades óseas, se pueden usar fijadores externos para alargar o corregir gradualmente el hueso con el tiempo. Este proceso se llama osteogénesis por distracción e implica ajustar el fijador externo con regularidad para estimular el crecimiento óseo en la dirección deseada.
3. Manejo de problemas de tejidos blandos: los fijadores externos también pueden ayudar en la corrección de lesiones o defectos de tejidos blandos. Pueden ayudar a estabilizar y alinear el tejido blando que rodea el hueso lesionado, lo que permite una curación adecuada y minimiza las contracturas o deformidades del tejido blando.
4. Estabilidad de las articulaciones: Los fijadores externos se pueden utilizar para estabilizar las articulaciones, especialmente en casos de lesiones graves de ligamentos o tendones. Al proporcionar estabilidad y apoyo, los fijadores externos permiten la curación y rehabilitación de la articulación lesionada.
Los fijadores externos se suelen utilizar como medida temporal hasta que la fractura o lesión haya sanado lo suficiente. Una vez que avanza la curación, se puede retirar el fijador externo y, si es necesario, se puede estabilizar aún más el hueso utilizando métodos de fijación interna.
El tipo específico de fijador externo y su configuración dependerán de la naturaleza y ubicación de la lesión, así como de la preferencia y experiencia del cirujano. La atención y el seguimiento adecuados son esenciales durante el uso de fijadores externos para controlar el progreso de la curación, prevenir complicaciones y garantizar resultados óptimos.